MÉXICO ANTE LA BARRERA DE LAS ADVERSIDADES POLITICAS
Ante un México tal convulsionado y en una política de fondo en la cual hay cambios de en la nueva estructura de gobierno, surge la pregunta para los mexicanos de a pie que sigue, pues hoy México padece graves problemas que ponen en alto riesgo el desarrollo socioeconómico del país y el futuro de las próximas generaciones.
La instrumentación de políticas públicas erróneas y deshilvanadas, así como la inacción del gobierno en los distintos ámbitos, han dado lugar a un escenario caracterizado por niveles de violencia e inseguridad que no se habían visto en nuestro México desde la Revolución Mexicana, es por ello que necesitamos plantearnos la pregunta hacia donde van las nuevas generaciones ante tal crecimiento delincuencial. Y que Actualmente en el combate a la delincuencia las autoridades policiacas trabajan separadas de los ciudadanos, en tanto que los delincuentes cuentan con “colaboradores” que los ayudan a realizar sus objetivos, sin embargo, el resultado de esa interacción no es una disminución de la impunidad.
Este problema no disminuye a pesar de que el presupuesto destinado a perseguir criminales aumente cada año, los equipos policiales se modernicen y se incremente la capacitación a policías, a la par que se han implementado los Centros de Control de Confianza y los Juicios Orales.
Peor aún, ante la percepción de que el problema de inseguridad no disminuye, ha aumentado la desconfianza en las autoridades y cada vez más nos enteramos de linchamientos y de la aparición de justicieros anónimos.
Ante este problema no resuelto es necesario prevenir en lugar de reaccionar y contar con una población organizada en vinculación con las autoridades policiacas, ya que los delincuentes tienen más miedo de la población organizada que de la policía, de hecho, en aquellas colonias calles o barrios organizados la delincuencia disminuye.
Para contener los robos patrimoniales (el 82 por ciento de los delitos cometidos en México) únicamente se requiere cohesión social y herramientas digitales en los teléfonos celulares de los vecinos, pues la organización de los vecinos y de la comunidad es quizá una de las armas disuasorias más poderosas contra la delincuencia. Es así como se iniciaría la forma como combatir tanto el crimen organizado como los delitos de alto impacto son necesarias acciones de inteligencia y el uso de la fuerza pública, pero para detener los delitos patrimoniales (que constituyen la mayor parte de los delitos) se necesita cohesión social, para beneficio de algunos o…tal vez de todos.