La publicación de un estudio que describe el uso de fármacos que inhiben la proteína quinasa JAK y ralentizan la progresión de la diabetes tipo I pudo haber pasado desapercibida entre el público general, pero fue uno de los hitos científicos del año para la comunidad investigadora que busca soluciones a esta enfermedad autoinmune que afecta a la segregación de insulina en el páncreas. «El estudio demuestra que la inhibición de JAK es eficaz y tiene pocos efectos secundarios, sugiriendo una nueva estrategia terapéutica contra la enfermedad», explica Marcos Malumbres, del Grupo de División Celular y Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), jefe del Grupo de Ciclo Celular y Cáncer del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), que cuenta con una ayuda CaixaImpulse Innovación.
«Los avances en inmunoterapias en cáncer están impulsando un campo muy amplio de estudio que busca poder modular el sistema inmunitario humano frente a distintas enfermedades. Dado que la autoinmunidad juega un papel importante en el desarrollo de la diabetes tipo I, no sería extraño que varias de las estrategias que se están explorando en el tratamiento del cáncer pudieran usarse para reducir la respuesta autoinmune contra las células que producen insulina en el páncreas. Esto podría suponer por primera vez una terapia directa contra el origen de la enfermedad», añade el investigador.
De cara a 2024 y en el ámbito de las enfermedades metabólicas, Marcos Malumbres señala que habrá que seguir de cerca el desarrollo de técnicas de biopsia líquida en sangre o en saliva que puedan proporcionar información valiosa para el diagnóstico y la predicción del desarrollo de patologías. «El desarrollo de las biopsias líquidas, junto con los algoritmos de aprendizaje automático o machine learning, sin duda impulsarán este campo hasta su aplicación en la rutina del cuidado sanitario», concluye el investigador.
Nanopartículas frente a las bacterias resistentes a los antibióticos
Las llamadas bacterias gramnegativas son resistentes a los antibióticos de forma natural o adquieren dicha resistencia con facilidad. Y son, hoy por hoy, una de las mayores amenazas para la salud humana: en los últimos 50 años no se ha aprobado ningún fármaco efectivo para el tratamiento de infecciones por bacterias gramnegativas; entre ellas, Helicobacter pylori, uno de los patógenos gastrointestinales más importantes, causante de úlceras gástricas y del 90 % de todos los casos de cáncer gástrico. Sus tasas de resistencia a los antibióticos casi se han duplicado en la última década, y se estima que la mitad de la población está infectada.
En 2023, se dieron pasos importantes para poner freno a Helicobacter pylori y avanzar en la lucha contra las bacterias resistentes a los antibióticos. «Hemos finalizado las pruebas in vitro de nanopartículas equipadas con un péptido antimicrobiano diseñado específicamente para entornos gástricos con resultados muy prometedores. Esperamos comenzar en breve su validación in vivo», explica Paula Parreira, investigadora del Instituto Nacional de Engenharia Biomédica (INEB) de Portugal, que cuenta con el apoyo del programa CaixaImpulse. «Contar con el apoyo de la Fundación ”la Caixa” en este proyecto nos ha permitido estar más cerca de alcanzar la etapa de ensayos clínicos piloto».
Paula Parreira. Instituto Nacional de Engenharia Biomédica (INEB).
La investigadora destaca, además, que este año se han identificado varios objetivos prometedores para fármacos contra bacterias gramnegativas que pueden servir para explorar nuevas terapias. «Los últimos informes de la Organización Mundial de la Salud afirman que la incidencia de infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos está aumentando en todo el mundo, pero la falta de innovación y de inversión en la investigación, junto con el estancamiento del desarrollo de antibióticos, limita las opciones de encontrar tratamientos contra las bacterias multirresistentes», añade la investigadora. «Creo que en 2024, el término nanoterapia antibacteriana, que se centra en objetivos distintos a los de los antibióticos clásicos, obtendrá un reconocimiento generalizado».
El avance de la inmunoterapia contra el cáncer
Entender cómo y cuándo empieza a formarse un tumor, antes incluso de que aparezca, es uno de los grandes frentes de investigación abiertos para combatir el cáncer. Uno de los avances de 2023 en el campo de la genómica del cáncer ha sido el desarrollo de tecnologías de análisis, como la microdisección láser. Esta tecnología permite estudiar un número muy reducido de células tanto en tejidos normales como en tejidos pretumorales para recabar información sobre el envejecimiento y las mutaciones que pueden estar involucradas en la aparición de un tumor.
«Este conocimiento nos ayudará algún día a eliminar un tumor antes incluso de que aparezca», señala José Tubío, investigador CaixaResearch del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) de la Universidad de Santiago de Compostela. «A nivel más general, en el ámbito de la oncología, de 2023 destacaría la democratización del uso de la inmunoterapia como tratamiento del cáncer y, sobre todo, el empleo de anticuerpos de diseño como agentes terapéuticos».
Para el investigador, también habrá que seguir de cerca la evolución de este tipo de terapias en 2024 y, en particular, el impacto de las vacunas personalizadas contra el cáncer, que cada vez están dando mejores resultados. «También creo que el próximo año tendremos avances en la inteligencia artificial aplicada a la prevención, la detección precoz y el tratamiento del cáncer», añade Tubío.
CRISPR para tratar la miocardiopatía hipertrófica y otras enfermedades cardiovasculares
Apenas presenta síntomas, pero la miocardiopatía hipertrófica es una de las causas principales de muerte súbita entre personas de todas las edades. Esta enfermedad, en la que el miocardio (el músculo del corazón) se engrosa y se hipertrofia, se atribuye a mutaciones en uno o varios genes. En 2023, se aprobó un fármaco de precisión, mavacamten, para tratar la enfermedad. Pero no ha sido el único avance al respecto.
«La edición genética in vivo utilizando tecnología CRISPR [una técnica que permite cortar y pegar pequeños fragmentos de ADN] ha ido adquiriendo fuerza como tratamiento alternativo. Dos artículos publicados en 2023 hacen referencia a la corrección exitosa de una variante patogénica de la miocardiopatía hipertrófica mediante CRISPR en modelos animales», explica María Carmo-Fonseca, investigadora CaixaResearch del Instituto de Medicina Molecular de la Universidad de Lisboa.
María Carmo-Fonseca. Instituto de Medicina Molecular de la Universidad de Lisboa.
«Además, este año también se demostró que podía usarse CRISPR para reducir el colesterol alto. Se llevó a cabo un ensayo de fase 1 con personas que padecían hipercolesterolemia familiar, una afección hereditaria que causa niveles de colesterol extremadamente altos, lo que a menudo provoca una muerte prematura. Los resultados muestran una reducción significativa de los niveles de colesterol», añade Carmo-Fonseca. «De cara a 2024, la edición genética mediante tecnologías CRISPR podría dejarnos grandes avances tanto en el tratamiento de la miocardiopatía hipertrófica como en el de las enfermedades cardiovasculares en general».
Una lente para mejorar la visión de los pacientes operados de cataratas
En 2023, los sistemas de tomografía óptica para hacer imágenes en 3D del ojo y la retina cumplieron 25 años. Pero para Pablo Artal, de la Universidad de Murcia, uno de los grandes avances en su campo de estudio (la corrección de los defectos ópticos del ojo) ha sido el desarrollo de la lente de menisco invertido superasférica, ArtIOL. «Ha proporcionado este año unos resultados clínicos excepcionales. Además de mejorar la visión periférica de los pacientes operados de cataratas, permite la visión a todas las distancias sin compromisos visuales que afectan a otras lentes, como halos y deslumbramientos», señala.
Pablo Artal. Universidad de Murcia.
«De cara a 2024, pueden llegar avances importantes en la técnica de la visión en dos fotones, una técnica en la que nuestro laboratorio y otros en el mundo han avanzado en el último año», resalta el investigador, que cuenta con una ayuda CaixaImpulse Innovación. Esta técnica aprovecha que el ojo humano es capaz de percibir la luz infrarroja en condiciones especiales (usando láseres de pulsos muy cortos focalizados en la retina), para desarrollar nuevos sistemas de evaluación visual para pacientes con opacidades graves en los ojos.
Edición genética frente a las enfermedades mitocondriales
Las enfermedades mitocondriales son un grupo variado de enfermedades raras que resultan de problemas en una o más proteínas localizadas en las mitocondrias (los orgánulos encargados de suministrar energía a la célula) e involucradas en el metabolismo. Son trastornos muy variados que tienen que ver con la capacidad de las células para producir la energía necesaria, y afectan aproximadamente a uno de cada 10.000 nacidos.
Las tecnologías actuales para abordar este trastorno se centran en sustituir las mitocondrias «enfermas» por otras sanas en ovocitos o embriones, que después se implantan, o en la eliminación del genoma mitocondrial que no funciona correctamente. «La terapia de reemplazo mitocondrial ha supuesto una vía de esperanza para parejas portadoras de mutaciones en el ADN mitocondrial, al transferir la información genética nuclear de los padres biológicos a un ovocito de una persona donante con mitocondrias libres de mutación», explica Albert Quintana, del Institut de Neurociències de la Universitat Autònoma de Barcelona. «Recientemente aprobada en el Reino Unido, esta técnica ha posibilitado el nacimiento, en este año, del primer niño exento de mutaciones mitocondriales», apunta.